Aunque la mayoría de la gente no tenga demasiado en cuenta las islas baleares más allá de Ibiza y Mallorca, existen cinco en total, todas ellas con algo interesante que ofrecer. La tranquilidad de Formentera, el turismo menos masificado en Menorca y sobre todo la naturaleza de Cabrera, el verdadero tesoro casi virgen de las baleares, una isla que es enteramente un parque natural en donde se puede disfrutar de la grandiosa magnificencia del Mediterráneo.
Hace poco que se puede pernoctar en la isla y los visitantes que lo han hecho han quedado absolutamente fascinados por la naturaleza y el paisaje que se encuentran allí. Sus aguas cristalinas, sus senderos a través de la maleza y los árboles, sus caminatas… Todo ello en una superficie de poco más de 15 km2, que han podido mantenerse gracias a la presencia militar durante casi un siglo en la isla, que todavía se mantiene para determinadas maniobras especiales.
Al ser un lugar protegido, Cabrera recibe solo unos pocos visitantes cada día. La mejor forma de llegar es a través de los cruceros y viajes especiales que se realizan desde el sur de Mallorca, la isla más cercana. Es un viaje corto y en el se puede disfrutar del mar en todo su esplendor. Una vez ya en la isla, hay muchísimas opciones, aunque el alojamiento todavía es limitado, puesto a que dentro de un Parque Nacional no se puede construir de manera desaforada.
Además de las caminatas, las playas y toda la naturaleza, Cabrera es un sitio perfecto para ver a las bandadas de pájaros emigrando según la época del año, una experiencia increíble. Si quieres disfrutar del lado oculto de las Islas Baleares, de un lugar tranquilo donde reposar en plena naturaleza, no lo dudes, Cabrera es lo que estás buscando.