Roma es sin lugar a dudas una de las ciudades más espectaculares y fascinantes del planeta. Por su historia, por sus monumentos, por su clima y su gastronomía, es ese tipo de sitios al que todos hemos de ir al menos una vez en la vida. Pero más allá de los típicos circuitos turísticos y de las plazas abarrotadas de gente del centro de la ciudad, Roma esconde secretos verdaderamente imperdibles. Si seguimos el río Tiber hacia el norte, acabaremos dando con uno de los más sorprendentes: el Ponte Milvio.
Se trata de una de tantas construcciones que se crearon para unir las dos partes de la ciudad, separadas por el cauce del río. Ubicado al norte, el puente consiguió un gran reconocimiento popular a finales de los 90 y sobre todo, a principios de 2000, gracias al escritor Federico Moccia. El autor italiano lo convirtió en una de las partes fundamentales de su novela A Tres Metros Sobre El Cielo, un auténtico éxito de ventas en todo el mundo. Tanto es así que durante muchos años, los jóvenes enamorados han llegado a este puente para prometerse amor eterno.
Y es aquí donde surge la leyenda de los candados. Se dice que si atas un candado a las barandas del puente y luego tiras la llave al río, el amor que tienes será eterno. Algo precioso, pero poco realista, y también peligroso para la propia estructura del puente. Tanto es así que cada cierto tiempo, las autoridades deben retirar la inmensa cantidad de candados que todavía a día de hoy se colocan sobre el puente. Más allá de la historia, las vistas sobre el Tiber son maravillosas, una visita espectacular sobre todo al atardecer.