Aunque Estados Unidos se expande por buena parte de Norteamérica, de una costa a otra, encontramos también dos territorios que están algo más alejados del resto. Uno es el archipiélago de Hawai, un auténtico paraíso en el Pacífico. El otro es el estado de Alaska, muy al norte, prácticamente en el Círculo Polar Ártico. Un estado muy espacial que cuenta con una de las capitales más hermosas de todo el país, Juneau.
Su nombre proviene de la diosa griega Juno, que da nombre también al monte junto al que se erige la ciudad. Se trata de una urbe que ha crecido mucho en los últimos años, aun siendo la más pequeña de todas las capitales, con poco más de 30.000 habitantes. Es una ciudad pequeña pero bulliciosa, con calles acogedoras, cafés, restaurantes y mucho turismo en verano, cuando los cruceros atracan en el puerto. Y es que solo se puede acceder a ella en avión o en barco, nunca por carretera.
Juneau puede ser una parada perfecta en nuestro camino hacia el norte, hacia Anchorage, por ejemplo, o disfrutar de ella individualmente, como un destino perfecto en los meses más calurosas, cuando las temperaturas son algo más agradables aquí arriba. El Glacial Mendelhall es una visita imperdible si estamos por la zona, y sus montes aledaños, llenos de flora y fauna silvestre, son también auténticas joyas para los amantes de la naturaleza.