Eslovenia es uno de los países más jóvenes de Europa, ya que su historia como territorio independiente nace en 1991, al separarse de Yugoslavia. Desde aquel primer momento, Liubliana se convierte en su capital y su ciudad más importante, llegando a ser hoy por hoy una de las capitales europeas más de moda. Es una ciudad con preciosas vistas, con un encanto muy especial y con mucho que ver en sus calles y plazas.

La primera parada en nuestra visita a esta preciosa capital es el Castillo, que domina toda la ciudad desde una colina verde justo en el centro. Con más de 900 años, es su edificio más antiguo y más importante. Muy cerca, el Puente del Dragón se impone sobre el río Ljubjanica, con sus estatuas verdes, las favoritas para tomar fotos en la ciudad. No hay que andar demasiado para encontrar la plaza Preseren, uno de los lugares más animados de la capital, denominada así en honor a uno de los grandes poetas eslovenos.

También es de recibo visitar el Mercado Central para probar algo de la exquisita gastronomía local, e incluso acercarnos a la Casa Museo Plecnic, en honor al arquitecto que construyo la imagen actual de la capital. Para terminar, la Galería Nacional es una interesante pinacoteca que hará las delicias de los amantes del arte, y también una visita muy especial en Liubliana.