Los amantes delos pueblos medievales, esos que parecen haberse quedados congelados hace siglos y que mantienen una esencia antigua, con casas de piedra y tejados de madera, rodeando en muchos casos a los castillos y fortalezas que marcaron un emplazamiento importante antaño, tienen en Francia uno de los países más increíbles para poder encontrar este tipo de poblaciones. Hoy viajamos a Rocamadour, en la región de Lot, en el centro de Francia.
El pueblo se levanta frente a un imponente acantilado que le da una posición privilegiada. Su aspecto medieval lo convierte en uno de los mejor conservados del país. Son muchos los visitantes que Rocamadour recibe a lo largo del año, y no solo por su espectacular talante medieval, sino también por los preciosos siete santuarios con los que cuenta en su parte más alta, lugar de peregrinación de muchas personas que quieren conocer de primera mano este emplazamiento tan especial.
Rocamadour es un pueblo lleno de magia, misticismo y belleza natural, que además cuenta muy cerca con cuevas que tienen pinturas rupestres. Una de las mejores alternativas para visitar en el centro de Francia, uno de esos pueblos pintorescos que se te quedan grabados en la memoria para toda la vida.