Hay municipios que cuentan con una historia increíble a pesar de no ser tan grandes, ni en población ni en espacio. Trujillo es seguramente una de las joyas más preciadas de toda Extremadura, un lugar en el que nacieron algunos conquistadores y exploradores como Pizarro, que son emblemáticos. El pueblo, hoy día, sigue manteniendo un encanto muy especial que atrae a muchísimos turistas.
No es, ni mucho menos, como las grandes ciudades o los destinos de costa, pero es cierto que dentro de Extremadura, Trujillo se ha convertido en un lugar muy visitado por el encanto del pueblo, por sus maravillosas calles, que parten desde la Plaza Mayor en un laberinto de tintes medievales que se hacen más patentes cuando visitamos los restos de la muralla y el precioso Castillo, una de las joyas del lugar.
Sus iglesias parroquiales, sus campos cercanos, la increíble gastronomía que se puede disfrutar en este lugar, hacen de Trujillo un sitio perfecto para una escapada otoñal o incluso invernal, para descubrir que en Extremadura también hay lugares hermosos y muy especiales.