Edimburgo, capital de Escocia, es una ciudad mágica en la que podemos encontrarnos de frente con fantasmales espectros y misterios oscuros, pero también con la acogedora bienvenida que los escoceses nos darán en cada pub, con una pinta de buena cerveza por delante. Disfrutar de esta ciudad siempre es un verdadero placer, pero se hace mucho más especial en esta época del año, donde a pesar del frío, todos en la ciudad se echan a la calle para celebrar la última noche del año en el Hogmanay
Habíamos dicho que se celebra la última noche del año, y aunque es evidente que la Nochevieja es el centro de las celebraciones, lo cierto es que estas se extienden a lo largo de cuatro días y cuatro noches donde la magia de la ciudad se hace patente. Desfiles con antorchas, noches de típicas ceilidh con música y baile tradicional, también espectáculos callejeros, fuegos artificiales y una multitudinaria fiesta que reúne cada año a más de 100.000 personas llegadas desde todos los rincones del planeta.
La tradición y la modernidad se unen en esta celebración para dar la entrada al nuevo año por la puerta grande. Además, Edimburgo quiere que todo el que venga participe en sus celebraciones de manera activa, por eso se puede formar parte de cada actividad, entrando por ejemplo en el desfile de antorchas comprando una inscripción por grupo o familia, o también participar en la multitudinaria Street Party donde varios grupos tocan a lo largo de toda la ciudad, disfrutando al final de unos fuegos artificiales maravillosos para dar la entrada al 2017.
Todo ello con ese sabor único y especial que ofrece Edimburgo como ciudad entre lo moderno y lo medieval, pudiendo disfrutar de todas las maravillosas opciones que la ciudad nos ofrece en cualquier época del año e incluso, con un poco de suerte, viendo como el castillo está nevado si hace el suficiente frío. Ir bien abrigado es imprescindible, pero seguro que a base de cantar, bailar y beber un poco de whisky logras entrar en calor.