Desde su lanzamiento en 2011, la serie de HBO Juego de Tronos se ha convertido en un auténtico fenómeno viral, algo de lo que todo el mundo habla. Ahora que la serie por fin ha llegado a su final, tras su octava temporada, podemos hablar con justicia de haber presenciado historia de la televisión, por la popularidad alcanzada por este producto y su repercusión a nivel social.
De hecho, los escenarios donde se han grabado las localizaciones reales de la serie han visto incrementarse su turismo de una manera espectacular. No hay más comprobarlo en Irlanda del Norte, territorio británico en la Isla Esmeralda, que tras un pasado lleno de violencia y miseria está viendo como son miles los turistas que llegan desde todo el mundo gracias a la publicidad que Juego de Tronos les ha dado.
Localizaciones como el Castillo Ward, que representa a la fortaleza de Invernalia, la Abadía de Inch, que es la localización de la tierra de los Ríos, el parque natural de Tollymore como el Bosque Encantado o el Castillo de Dunluce, hogar de los Greyoy en la ficción, son solo algunos de los sitios más demandados por los visitantes que están fascinados por estas imponentes localizaciones de la serie.