En el Pacífico Sur, una de las zonas más inhóspitas del planeta, encontramos las preciosas Islas Cook. Se trata de un archipiélago que está políticamente vinculado a Nueva Zelanda, a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia de las dos grandes islas oceánicas. Tal vez sea esa ubicación tan extraña y a la vez privilegiada lo que permite que estas islas se hayan convertido en un auténtico paraíso.
Las Cook cuentan incluso con islas inexploradas, aunque si quieres visitarlas lo mejor es quedarte en Rarotonga, la isla más grande y capital de todo el archipiélago. Aquí sí que se ha desarrollado el turismo, especialmente el de parejas de luna de miel, y se trata de un destino absolutamente encantador. Se puede recorrer fácilmente la isla y disfrutar de su naturaleza y sus playas de aguas turquesa. También podemos disfrutar de la gastronomía local y de las fiestas que suelen hacer en los resorts.
Llegar a Islas Cook no resulta precisamente sencillo, como ya imaginarás. Lo habitual es viajar en avión desde Australia, Nueva Zelanda, el sudeste asiático o Hawaii, que son las zonas más cercanas. Aunque es un viaje largo, vale la pena para disfrutar de una de las pocas zonas casi vírgenes que quedan en nuestro planeta.