La tercera ciudad más grande de Francia, solo por detrás de París y Marsella, es Lyon. Ubicada en la parte este del país, a pocos kilómetros de la frontera con Suiza y Francia, Lyon siempre ha tenido una importancia capital en el país galo, y la ciudad es un reflejo de ello con sus monumentos, sus grandes iglesias y su casco antiguo, uno de los más espectaculares y encantadores de toda Europa.
Perderse por el Vieux Lyon es una auténtica experiencia que nos hará sumergirnos en todo el encanto de la ciudad. Desde las grandes plazas y las catedrales como Notre Dame hasta los parques, los museos y las pequeñas bagueterías o los restaurantes donde probar la que es para muchos mejor comida de todo el país, convirtiendo a Lyon en capital del sabor de Francia.
Bañada por los ríos Saona y Ródano, Lyon es una ciudad diferente a cualquier otra en Francia, un lugar en el que el arte se puede ver en museos e iglesias, pero también en la calle, y donde el propio ambiente es capaz de embriagar a todo el que la disfruta.