Pocos lugares hay el mundo donde la pasión, la fe y la cultura se vivan de una manera tan especial como sucede en Sevilla durante la Semana Santa. Ocho días de procesiones a lo largo de toda la ciudad, con momentos verdaderamente emotivos y épicos como el paso de algunas cofradías por sus barrios llenos de gente, o la carrera oficial junto a la Catedral, hacen de la Semana Santa un espectáculo en plena calle, más allá de la propia connotación religiosa.
La música de las bandas, unida al propio espectáculo de ver pasear a los pasos a hombros de los costaleros, a veces por calles tan angostas que parece imposible que puedan pasar por allí, es una de esas tradiciones inmortales que hacen de Sevilla una ciudad muy especial. El olor a incienso se mezcla con el del azahar de los naranjos en esta época, una de las mejores para visitar la capital hispalense.
Sevilla ofrece una maravillosa gastronomía durante todo el año, pero en esta época destacan especialmente los dulces típicos de la ocasión, como las torrijas. Su amplia oferta hotelera y sus interesantísimos monumentos son también razón de sobra para visitar la capital andaluza durante su semana más grande.