Ciudad imperial donde las haya, con una gran cantidad de edificios ilustres y monumentales que visitar, Varsovia ha despertado en este siglo XXI del letargo en el que ha estado sumida durante las últimas décadas para convertirse en uno de los mayores atractivos turísticos de Polonia y en definitiva, de todo el Este de Europa. Esa parte del viejo continente que parece casi anacrónica, y que ahora está mucho más cerca, no solo por su inclusión hace años en la Unión Europea, sino por los vuelos low cost que nos llevarán a este magnífico país.
Varsovia posee un encanto muy especial, como la mayoría de ciudades de esta zona del continente. El hecho de haber quedado reducida casi por completo a escombros tras la Segunda Guerra Mundial y haber sido reconstruida desde entonces es también algo realmente meritorio, como podemos comprobar en sus construcciones más emblemáticas. Es una ciudad cosmopolita, de más de un millón de habitantes, en la que encontraremos todo lo que nos imaginamos en una gran capital europea.
Aquí podremos probar la gastronomía local y sobre todo las cervezas, uno de los bienes más preciados para los turistas, así como recorrer las calles más emblemáticas de la ciudad conociendo su historia. Una historia repleta de guerras y muerte, pero también de libertad, de vida y alegría. Varsovia, situada en el centro del país, es además un lugar perfecto desde donde recorrer el resto de los lugares importantes en Polonia.
Podremos recorrer sus bulliciosas calles centrales, llenas de comercios, y también visitar el Palacio Real, o rendir homenaje a uno de sus más ilustres vecinos, Chopin, cuyo monumento a su corazón es sin duda uno de los más fotografiados de toda la ciudad. El Palacio Lazieski, junto a sus hermosos jardines, nos harán perdernos en otra época, hermosa y diferente. Y para los que quieran conocer algo más sobre la truculenta historia de Varsovia, visitar el antiguo campo de concentración de Treblinka es indispensable.